Buenos días, disidentes del algoritmo. El oro de la IA no cae del cielo: se imprime en servidores, dominios y hojas de cálculo de RR. HH. Mientras los medios te venden “magia”, hoy toca medir el poder real. Un casco barato de EEG que mueve robots sin bisturí. Una isla caribeña que convierte “.ai” en presupuesto público. Y una élite corporativa que ya automatiza el primer escalón laboral. La promesa no es neutral: redistribuye rentas, cambia quién decide y para quién trabaja la tecnología.

Hoy en Technoirnews:

  • Un BCI no invasivo de UCLA permite a personas paralizadas controlar brazos robóticos con IA.

  • Anguila monetiza su dominio .ai y ya supone casi un cuarto de sus ingresos públicos.

  • La adopción de IA recorta la contratación junior un 22%; Salesforce sustituye 4.000 puestos de soporte por agentes.

  • La fiebre de la infraestructura se acelera: Azure +39%, Dell récord de pedidos, CoreWeave se triplica.

La noticia: Ingenieros de UCLA convierten un gorro EEG en interfaz cerebro-máquina (no invasiva) y, apoyados en IA, permiten a personas paralizadas controlar extremidades robóticas sin implantes.

Los detalles:

  • Decodificador EEG + visión por computadora en tiempo real para “autonomía compartida” humano-máquina.

  • Un participante paralizado completó tareas robóticas en 6,5 minutos, imposible sin el sistema.

  • Todo con cascos estándar de EEG: sin cirugía y con riesgos reducidos.

Por qué importa: La IA está haciendo por los interfaces cerebrales lo que Android hizo por los smartphones: estandariza lo “suficientemente bueno” y abre el mercado. Menos quirófano, más wearables, más datos neuronales circulando. El dilema no es solo clínico: ¿quién posee, cifra y borra tus patrones eléctricos cuando son la nueva contraseña del cuerpo?

La noticia: La isla de Anguila convierte su dominio .ai en mina de ingresos: el “dominio como recurso natural” entra en los presupuestos.

Los detalles:

  • En 2024, 39 millones de dólares en ventas de dominios; casi un cuarto de los ingresos del gobierno.

  • Más de 850.000 dominios .ai (menos de 50.000 en 2020); subastas de premium por cientos de miles.

  • Acuerdo con Identity Digital: registro en red global para resistir huracanes y caídas locales.

Por qué importa: El “AI-branding” no es marketing: es recaudación. Dominios como activos soberanos cambian incentivos regulatorios y geopolítica de internet. Anguila prueba que la economía de IA no solo enriquece a NVIDIA; también puede financiar sanidad… si negocias bien tu sufijo.

La noticia: Empresas que adoptan IA recortan la contratación junior un 22% desde 2023, mientras Salesforce sustituye 4.000 puestos de soporte por agentes y automatiza la mitad de sus interacciones.

Los detalles:

  • Caída concentrada en wholesale y retail: −40% trimestral en junior; los perfiles de universidades medias son los más golpeados.

  • 100 millones de leads atendidos por la capa de agentes; humanos pasan lo complejo.

  • No es “despido masivo”, es “no te contrato”: el ajuste va por el embudo de entrada.

Por qué importa: La IA no solo “aumenta” a trabajadores: rediseña organigramas. Si vacías la base, creas castas digitales. Prepararse ya no es aprender prompts; es blindar movilidad interna, decidir qué tareas no deben automatizarse y exigir trazabilidad algorítmica en RR. HH.

La noticia: La “bonanza IA” desborda el silicio: almacenamiento, servidores y centros de datos se ponen al frente del ciclo.

Los detalles:

  • CoreWeave triplica ingresos hasta 1,2 mil millones de dólares. Azure crece un 39%. Nvidia marca 39 mil millones en data center.

  • Foxconn vende más servidores que smartphones por primera vez. Dell registra 12,1 mil millones en pedidos de IA en un trimestre.

  • Traducción: CAPEX sin poesía. El valor está en kilovatios, latencia y contratos de suministro.

Por qué importa: La conversación pública vibra con “agentes” y “razonamiento”, pero el margen real se cocina en logística eléctrica y terrenos baratos. Quien controle energía y chips no solo gana dinero: decide el ritmo de tu futuro.

🧠 Neurotraining

  • Hackea cualquier anuncio de IA en 3 preguntas

  1. ¿Quién paga la factura de cómputo?

    • Si es subvención pública: política.

    • Si es Big Tech: lock-in.

    • Si es universidad: experimento.

  2. ¿Qué capa captura valor?

    • Chip, nube, energía → poder duro.

    • Aplicación bonita → escaparate.

  3. ¿Qué te quitan a ti?

    • Empleo, datos, soberanía, atención.

    • Si no pierdes nada, probablemente no importa.

Prompt listo para usar: copia el enlace o el texto de la noticia y pégalo en tu IA favorita con esto:

Analiza esta noticia sobre IA y respóndeme SOLO en 3 bloques:

1) ¿Quién paga la factura de cómputo? (empresa, Estado, universidad, usuario).  
2) ¿Qué capa captura el valor? (infraestructura, aplicación, marketing).  
3) ¿Qué pierdo yo directamente como ciudadano/trabajador/usuario? (datos, empleo, autonomía).  

Sé crítico, directo, máximo 120 palabras. Si falta información, dilo sin rellenar con hype.

Ejercicio rápido: pega la última nota de prensa que hayas visto (“nuevo modelo, récord de GPUs, startup mágica”) con este prompt. Si la respuesta no pasa los 3 filtros, mándala al vertedero del hype.

La IA no “llega”: ya manda. Si queremos que construya libertad —y no solo balances—, toca decidir dónde ponemos límites y dónde aceleramos. Hoy has visto tres palancas: neurotecnología usable sin bisturí, soberanía digital que recauda y automatización que redibuja el trabajo. Elige tu guerra: exigir gobernanza de datos biométricos, negociar mejor tu “.ai”, o rediseñar carreras para no quedar fuera del tablero.

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